¿Qué tal si te digo que soy aquella rubia? Alta y esbelta.
Por la que todos los chicos babean.
Que soy aquella que destroza al hombre con el corazón más gélido
y la fachada más infranqueable. Que te atravieso. Con una bala, la sien; con
una daga, el corazón.
Que tengo una personalidad fría y calculadora. Se podría
decir que guardo el corazón bajo llave, en un cofre que nunca encontrarás.
[...]
¿Y si te dijera que llegaste a mi personalidad y la
cambiaste? Sin avisar. Como aquel que aterriza en una ciudad vecina sin
telefonear a la familia. Te hiciste hueco, con paciencia. Poquito a poco entre
la maleza crecida. Trastocaste mi mente desordenada, para convertirla en un orden
aún más caótico.
Soy sin saber quién soy. Ni lo que quiero. ¡Maldición!, lo tenía
tan claro hace un instante…
Me gusta esta entrada.
ResponderEliminarEy te lo agradezco!
ResponderEliminarHe visto tus poemas, son muy interesantes =)
Genial
ResponderEliminarMe alegro que te mole =)
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